Vuestra acción espiritual tiene que revolucionar vuestra vida, despertar amor en vuestros corazones, expandir vuestra conciencia y también vuestra realización interna y externa.
Un iniciado no vive una vida escogiendo en qué lado quiere quedarse. O es discípulo de la Luz, o es discípulo de las sombras, no hay término medio.
Su acción no es paliativa, es directa; su acción no sirve de subterfugio, es real. Su acción siembra, planta, espera que los frutos un día nazcan, su acción es íntegra, es completa.
Un discípulo aprende a observar las energías que trabajan sus cuerpos, sus chakras, su mente, su conciencia. Sólo puede donar, con la mente, la conciencia y el corazón en unidad con el alma.
No hay término medio para una acción, o es acción o es estancamiento.
No hay media transmutación o media transformación.
Un iniciado no vive una vida escogiendo en qué lado quiere quedarse. O es discípulo de la Luz, o es discípulo de las sombras, no hay término medio.
Su acción no es paliativa, es directa; su acción no sirve de subterfugio, es real. Su acción siembra, planta, espera que los frutos un día nazcan, su acción es íntegra, es completa.
Un discípulo aprende a observar las energías que trabajan sus cuerpos, sus chakras, su mente, su conciencia. Sólo puede donar, con la mente, la conciencia y el corazón en unidad con el alma.
No hay término medio para una acción, o es acción o es estancamiento.
No hay media transmutación o media transformación.
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